
Las instituciones y organismos internacionales se han acostumbrado a asistir al secuestro de naciones enteras en Europa sin que ninguna otra base legal que el ejercicio de la fuerza, de modo que, los tratados internacionales acaban convirtiéndose en crueles burlas para millones de personas que, llenas de esperanza y confianza, creyeron un día que el Derecho Internacional y la decencia pública ampararían el libre y normal desarrollo de sus vidas.
Se equivocan quienes creen que esos millones de personas no son más que rehenes, moneda de cambio o juguetes de los tiranos, se equivocan quienes, encerrados en sus torres construidas a base de divisas y dividendos, consideran que esos millones de personas pueden ser sacrificadas en aras de engordar cuentas y presupuestos, se equivocan quienes consideran que esas endebles fortalezas construidas a base de billetes de papel les protegerán siempre de quienes no tienen escrúpulos.
En Ucrania ríen y lloran, sueñan y se estremecen, viven y mueren más de cuarenta millones de almas llenas de anhelos y esperanzas, con visiones diferentes de la vida, con proyectos colectivos diferentes: unos y otros, han sido secuestrados por unas fuerzas de ocupación extranjeras que condicionan, ya desde hace demasiado tiempo, la vida y la muerte de los ciudadanos ucranianos, a uno y otro lado del frente que los separa.
Las instituciones y organismos comunitarios europeos consideran que esos cuarenta millones de personas no son dignos de consideración y juegan a un hipócrita juego de sanciones con Moscú, preocupados por engordar sus bolsas, sin advertir que, quizá un día, esa misma potencia agresora y expansionista, acabará ahogándoles si lo juzga conveniente.
Firmar acuerdos de libre comercio o realizar sentidas declaraciones, de poco valen a un secuestrado, a un rehén, y la nación ucraniana está hoy prisionera de fuerzas invasoras que han tomado partes del país con completa impunidad. ¿Qué estabilidad, qué seguridad, qué garantías puede tener un país del que, en cualquier momento, se puede tomar una parte de su territorio? ¿Es ese el futuro que espera a los países orientales que se asocian a la UE? ¿Ser terreno de juego de las potencias?
Por el futuro de Europa, por el futuro del Derecho Internacional y la decencia pública y, sobre todo, por el futuro de esas más de cuarenta millones de almas prisioneras, exigimos a las instituciones internacionales redoblar la presión contra quien invade y ocupa naciones libres y soberanas con total despreocupación, contra quien viola acuerdos y tratados internacionales, contra quien somete a naciones enteras a la ley de la fuerza.
Por todo ello, exigimos la retirada inmediata de las fuerzas de ocupación rusas de Crimea, Sebastopol, Lugansk y Donetsk y la puesta en marcha de un proceso que conduzca a la recuperación de la unidad y la soberanía ucraniana sobre su territorio y a una auténtica normalización de la situación social, económica y política.
Escrito por Jorge Martin
Nuestras demandas:
1. Completamente retirar todas las fuerzas ocupantes rusas de Ucrania y devolver todas las armas y el equipo militar a Rusia.
2. Reforzar la observación en las misiones de OSCE y extenderlo a 24 horas por día durante 7 días a la semana; además, localizar las áreas de la frontera de Ucrania que no están controladas temporalmente por Ucrania, porque los rusos-separatistas paran los ataques sólo cuando la gente de OSCE está presente en la línea del frente.
3. Soltar a los ciudadanos de Ucrania que están ilegalmente sujetos en custodia – en Rusia y en Crimea – por cargos falsos y políticamente motivados.
Juntos, ¡tenemos el poder!
¡Viva Ucrania!
1. Completamente retirar todas las fuerzas ocupantes rusas de Ucrania y devolver todas las armas y el equipo militar a Rusia.
2. Reforzar la observación en las misiones de OSCE y extenderlo a 24 horas por día durante 7 días a la semana; además, localizar las áreas de la frontera de Ucrania que no están controladas temporalmente por Ucrania, porque los rusos-separatistas paran los ataques sólo cuando la gente de OSCE está presente en la línea del frente.
3. Soltar a los ciudadanos de Ucrania que están ilegalmente sujetos en custodia – en Rusia y en Crimea – por cargos falsos y políticamente motivados.
Juntos, ¡tenemos el poder!
¡Viva Ucrania!
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