Queridos lectores, antes del comienzo de la Copa del Mundo 2018 en Rusia queremos contarles una historia deferente sobre un niño Stepan Chubenko que soñaba con convertirse en un famoso jugador de fútbol. Desafortunadamente su vida fue cortada a la edad de 17 años. En año 2014 fue secuestrado, brutalmente torturado y luego arrodillado y asesinado con varios disparos a la cabeza. Sus asesinos eran terroristas pro-rusos de la formación de bandidos de Pogodin «Kerch» de «DNR» que sacaron el chico del tren por el lazo que llevaba con la bandera ucraniana. Por orden de Pogodin, sus subordinados Mikhail Sukhomlinov y Yuri Moskalev llevaron al niño a un pueblo cerca de Donetsk, y allí Pogodin ordenó matar al joven.
«Fue viernes. Me paré cerca de la tumba y, mientras la estaba excavando, me aferré a la última esperanza en mi mente: ¿y si es un error? E incluso cuando llegamos al cuerpo de mi hijo (estaba envuelto en celofán), todavía no creía que fuera él. Reconocí la ropa, pero pensé: ¿y si su ropa estuviera vestida para otra persona? Sin embargo, cuanto más lo consideraba, más me convencía de que era mi hijo. Vi que los asesinos se quitaron las zapatillas. Pero las manos, conectadas con una cinta adhesiva a la espalda, antes de la ejecución no las desataron. En su cabeza, Stepa tenía una camiseta en la que jugaba en el KVN «, informó la madre de Stepan.
Recordemos, con el comienzo de la agresión rusa en 2014 Stepan Chubenko junto con amigos participaron en mítines en apoyo de la integridad de Ucrania, que se celebraron en Kramatorsk. Los muchachos llevaban agua, comida y productos de higiene al ejército ucraniano, que llegó a la ciudad. Durante el bombardeo, Stepan Chubenko ayudaba a bajar a las personas mayores y niños a los sótanos, y les llevaba agua cuando la ciudad fue cortada del suministro de agua. Arriesgando su vida, el chico de la plaza de la ciudad arrancó la bandera de la llamada «República Popular de Donetsk».
Historias como esta hay miles, así que les recordamos otra vez más que la Federación de Rusia es responsable de los asesinatos de miles de personas en Siria y Ucrania, millones de personas en los últimos años han sufrido la agresión de Rusia, se han convertido en desplazados internos, han perdido sus hogares y seres queridos.
El caso más grave y resonante para la comunidad mundial fue el ataque terrorista que el ejército ruso ha organizado en Donbas. Recordemos que en el vuelo MH17, que fue derribado por los militares rusos el 17 de julio de 2014 murieron 298 personas, incluidos 80 niños, tres de ellos bebés. En este contexto, es cínico celebrar la final de la Copa del Mundo en Moscú el 15 de julio, ya que dos días después, el 17 de julio, hay que recordar a las víctimas que murieron en el accidente.